sábado, 11 de agosto de 2007

INTRODUCCIÓN

El cuerpo humano posee un esqueleto que lo sostiene y protege los organos vitales, músculos, tendones y ligamentos. Permitiendo moverse, levantarse, alcanzar y arrojar.Nunca se puede pensar que los huesos son parte inerte del cuerpo y que una vez, que alcancen a su tamaño adulto, estos ya no cambian, la realidad es otra; el hueso es un tejido vivo, que al igual a los otros tejidos del cuerpo debe alimentarse para estar en buenas condiciones, de lo cual se encargan los osteocitos que son las células óseas. Ellos realizan una función de destruir el tejido viejo y crear uno nuevo, esto se llama remodelación por los osteoplastos. Las células osteoblastos construyen el tejido nuevo en forma muy lenta apróximadamente cada siete años.Mientras el cuerpo es jóven los osteoblastos crecen y los osteoclastos son más activos después de los cuarenta años; esto explica el por qué las personas a medida que envejecen se achican. Estos son procesos graduales y lentos. Excepto en los primeros años de vida en los que el crecimiento es más rápido y después de los ochenta años en los que las personas decrecen rápidamente.

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